Artículo publicado por Carlos Chiclana, María Martín-Vivar e Inés Bárcenas para el blog sexualidad y salud de la Consulta Doctor Carlos Chiclana.
Son tiempos díficiles para la violencia, tiempos para buscar soluciones, tiempos para pensar, reflexionar y crecer. Tras los dos primeros artículos, sobre cómo erradicar la violencia de la mujer, les dejamos a continuación la parte final de esta serie de artículos.
La familia como referencia
Hay pilares básicos como la familia y el colegio que son más influyentes que el ambiente en diferentes etapas evolutivas. Si observamos, escuchamos, atendemos, supervisamos el acceso, acompañamos en la navegación, etc., les enseñaremos a hacer crítica, a poner límites, a decir no, a rechazar la violencia, a saber diferenciar un detalle de cariño de una manipulación, un intento de conquista amorosa de un acoso repetido, a destruir los prejuicios de género, a entender las diferencias varón-mujer sin detrimento de la igualdad varón-mujer como personas y en sus derechos.
La familia es la base de seguridad para niños y adolescentes. Valores y virtudes como respeto, asertividad, autonomía y responsabilidad dependen de la educación recibida en el entorno familiar. Las actitudes y valores que han visto las niñas y adolescentes en sus padres son ejemplo y modelado en su forma de pensar, sentir y actuar con los demás. Si quieres que ellas cambien, cambia tú primero.
Podemos observar que, en los contenidos de música, series, anuncios o videojuegos, se limita a la mujer a unas posiciones sociales determinadas, se les asigna conductas sociales específicas o se señala su atractivo y poder exclusivamente en el uso de un cuerpo que cumple unos estereotipos de belleza.
Niños y niñas han de ver y tener la responsabilidad de tareas y labores diarias en casa en igualdad. Han de poder decir no y ser respetadas. Han de ser capacitadas desde pequeñas para poder ser pilotos, maestras, abogadas, amas de casa, o lo que quieran, sin que se les pre-asigne un papel determinado y obligatorio.
Es necesario que sepan que pueden elegir desde pequeñas, que tienen los mismos derechos que los niños, que se les va a educar y a exigir para que consigan lo que se propongan. Eso implicará el reparto de tareas igualitarias y equitativas en casa practicadas por los propios progenitores, el respeto mutuo entre la pareja y hacia los hijos independientemente del sexo...haz click aquí para leer el artículo completo.