Artículo publicado por Inés Bárcenas para el Blog 'Sexo y Salud' del periódico ABC.
La dificultad de mujeres heterosexuales para llegar al clímax durante las relaciones sexuales con su pareja es un fenómeno relativamente normal, aunque sorprendente en la era de la igualdad de género, de las mujeres liberadas 3.0.
¡No pienso fingir un orgasmo más! – exclamaba vehemente Maite al final de una de nuestras sesiones de terapia. Toda una declaración de intenciones. Nos miramos cómplices. A nuestras espaldas, un profundo camino de conocimiento personal recorrido.
Maite no camina sola, la mayor parte de las mujeres lo ha fingido alguna vez, influidas quizá por una cultura sexual que idolatra el orgasmo y a veces parece no ver más allá de la eyaculación masculina. La dificultad de mujeres heterosexuales para llegar al clímax durante las relaciones sexuales con su pareja es un fenómeno relativamente normal, aunque sorprendente en la era de la igualdad de género, de las mujeres liberadas 3.0. En inglés incluso lo llaman ‘The orgasm gap’, término que describe la brecha existente entre el placer sexual masculino y el de las féminas.
En un reciente estudio, investigadores de la Universidad de Indiana analizaron la frecuencia de orgasmos de más de 6.000 personas que en ese momento tenían pareja, encontrando que los hombres alcanzan el culmen sexual en un 85% de los encuentros sexuales, mientras que las mujeres sólo lo hacen un 62% de las veces. Sin embargo, esta diferencia no parece deberse a causas fisiológicas, no hay nada en el cuerpo de la mujer que le predisponga a tener una mayor dificultad para llegar al clímax. De hecho, estudiosos en la materia apuntan que a través de los diferentes sentidos, la mujer puede tener un acceso al placer más intenso que el del varón.
Todo apunta al desconocimiento de la sexualidad femenina por parte de mujeres y hombres como invitado estrella en el diván de esta tertulia sexual. Para romper el hielo, podemos comenzar esta conversación a ritmo de los 80’, época de máximo apogeo de la liberación sexual, cuando Salt-N-Peppa movían los cuerpos con su ya histórico hit, ‘let’s talk about sex baby’.
Bailemos, rompamos silencios, ¡hablemos de sexo!; aunque a día de hoy los psicólogos preferimos hablar de sexualidad, término que abarca un horizonte más amplio que la mera relación sexual. La sexualidad es una dimensión inherente al ser humano en la que se entrelazan aspectos biológicos, psicológicos, sociales, culturales, políticos y espirituales. Un asunto complejo y fascinante.
En el último congreso de la WAS (World Association for Sexual Health) al que asistí en Praga el pasado Mayo, numerosas ponencias enfatizaban que vivir una sexualidad sana, explorada en su totalidad, promueve la salud física y mental.
Nos cuidamos continuamente: alimentación, gimnasio, mindfulness, cremas y tratamientos antiage … ¿por qué no incluir en nuestra rutina de cuidado diaria la comprensión de nuestra sexualidad?
En la era de la información, del big data, sabemos aún poco acerca de la erótica femenina. Esto es debido en parte a la escueta y medicalizada educación sexual que se nos ofrece de niñas y adolescentes. No obstante, nunca es tarde para embarcarse en el aprendizaje sobre sexualidad, aprende a mirarte, a conocerte, ¡hazte responsable de tu placer sexual!
Hazte experta en tu propio cuerpo
Nadie nace sabiendo, la anatomía de la mujer es diversa y requiere ser descubierta. Explora tu cuerpo, comienza a escucharlo, a entenderlo, ha convivido contigo a lo largo de todo este camino vital, por tanto, quién mejor que tú para descubrir el placer corporal y psicológico que ofrece el sexo.
Quizá te tranquilice saber que numerosos estudios científicos muestran que solo 1 de cada 4 mujeres alcanza el orgasmo mediante la penetración vaginal. Como explica Diana López Varela, ‘la sexualidad heterosexual se ha basado tradicionalmente en el coitocentrismo, es decir, en el acto sexual cuyo fin último es la introducción del pene en la vagina’. No obstante, a día de hoy se conoce que el manido orgasmo vaginal no se trata más que de un orgasmo clitoridiano indirecto, producido por la estimulación de la parte interna del clítoris mediante el roce de las paredes vaginales.
De este modo, parece que una cosa sí es segura, las mujeres llegan al clímax mediante la estimulación directa del clítoris. Éste órgano, que tiene ochenta mil terminaciones nerviosas, justo el doble que el pene, merece sin duda el papel protagonista.
No obstante, el placer y la excitación sexual no provienen únicamente de los genitales. Nuestros cuerpos son receptores constantes de sensaciones y percepciones, permítete descubrirte y descubrir al otro a través de los cinco sentidos.
Sé protagonista
El sexo es una manera única de conectar con otra persona, por ello nuestro estado mental y afectivo influye de forma directa en la capacidad de intimar y disfrutar de esta sinergia. Esto conlleva conocernos, antes de embarcarnos en el proceso de conseguir afinidad sexual con nuestra pareja.
Nadie dice que sea tarea fácil, andamos algo dispersos, continuamente expuestos a discursos sociales en los que se nos presentan imágenes y comportamientos acerca cómo deberíamos ser. El porno, la moda, el cine, la industria cosmética, e incluso la industria musical han acotado nuestra forma de percibir la sexualidad femenina, mostrando una imagen parcial que demasiado a menudo no representa la totalidad de la experiencia del común de las mortales, las mujeres reales.
En este intento de emular los cánones de perfección femeninos, nos perdemos lo mejor, lo más excitante. Estamos demasiado pendientes de todo lo demás que se nos olvida que, junto con proporcionarle placer al otro, nuestro placer importa, tenemos derecho a una vivencia plena sexual.
Cambia el foco, activa tu mirada interior, ¡vas a estar encantada de conocerte!Presta atención a la relación que mantienes contigo misma, reflexiona acerca de tu historia de vida sexual y acerca de cómo quieres vivir en el presente tu sexualidad. Explora tus gustos y fantasías, pregúntate acerca de ellas, ¿cómo quieres que te den afecto y te satisfagan?, ¿qué personas te atraen?, ¿qué rasgos, situaciones, sensaciones te excitan?
La verdadera liberación sexual pasa por conocerse a una misma, desarrollando una vida sexual congruente con tu proyecto vital. Te ofrezco una pista: aquello que te hace sentir bien, valorada, digna, aceptada, libre, conectada a los demás, te encaminará a disfrutar más de tu sexualidad.
Aquél día Maite decidió romper su silencio y comenzar a comunicarse con su pareja de forma sincera acerca de su vida sexual. Como a ella, te animo a que hables de tu sexualidad, con tu pareja, con tus amigas y amigos, en el trabajo, o incluso en familia. Da voz a tus dudas y anhelos, permítete aprender, reírte y disfrutar.
Pasa a la acción, descúbrete, sé libre, déjate ver, acepta quién eres. Asume el excitante riesgo de sentirte en intimidad con otra persona, de sentir el placer en tu cuerpo de mujer. ¡Disfruta del viaje, let’s talk about sex!
Inés Bárcenas, Psicóloga especialista en Counselling y Psicoterapia.
Investigadora en Sexualidad.
Consulta Dr. Carlos Chiclana.
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