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Un recorrido por la evolución de las relaciones sexuales en los jóvenes

La psicóloga Bárbara Ruiz, que colabora en nuestro Grupo de Trabajo e Investigación en Sexualidad, escribe este artículo para el blog de Sexualidad y Salud de la Consulta, en el explica el cambio y la evolución de las relaciones sexuales en los jóvenes.



El siglo XX fue escenario propicio para el desarrollo de movimientos que modificaron globalmente el entendimiento de la sexualidad. La Segunda Guerra Mundial sembró en las mujeres la necesidad de ampliar los roles sociales que tradicionalmente ocupaban. A raíz de esta nueva concepción de los derechos de la mujer, en la que se comenzó a luchar por la equidad, surgieron movimientos muy sonados, como la llamada Revolución Sexual. A partir de aquí, la concepción de sexualidad se amplió a una nueva visión, para incluir en su definición la búsqueda de fines placenteros y no exclusivamente reproductivos.


En principio, la ampliación de los derechos de la mujer y la visión de la sexualidad como algo más amplio, podría considerarse algo positivo. Sin embargo, es interesante reflexionar a dónde han derivado estos cambios sociales y conectarlos con el momento actual de los jóvenes.



La vivencia de la sexualidad en la actualidad


En 2017, se publicaba un estudio británico en Natsal (NationalSurveysof Sexual Attitudes and Lifestyles) con el propósito de describir cómo son las tendencias temporales y los patrones en las prácticas sexuales de parejas heterosexuales entre 16 y 24 años. Dicho estudio, recogió datos entre 1990 y 2012 y algunos de los datos que más llamó la atención de sus investigadores fueron los siguientes:

· Inicio cada vez más temprano de relaciones sexuales entre los jóvenes.

· Disminución en el uso de preservativos.

· Aumento en la prevalencia de mujeres que reportan atracción bisexual en comparación con las mujeres que reportan atracción solo hacia los hombres.

· El análisis de los datos longitudinales demostraba que la participación repetida en actividades sexuales desagradables fue cuatro veces más común entre las mujeres que entre los hombres.


Posteriormente, estos investigadores siguieron recogiendo datos y observaron lo siguiente: Los jóvenes tienen menos prácticas sexuales que hace 30 años. En concreto, un 40% menos. En 1991 los encuestados respondían que mantenían relaciones sexuales, de media, 5 veces al mes. En 2001, la cifra se había reducido a 4, y en 2012, a 3. Desde entonces, los datos indican que las cifras seguían bajando, pero no se ha podido obtener resultados finales definitorios debido a la pandemia.


Otros países, mostraban tendencias muy similares. En 2021, en EEUU se publicaba un estudio comprendido entre 2009 y 2018, realizado a través de la encuesta National Survey of Sexual Health and Beahavior, que señalaba que las personas entre 14 y 49 años habían disminuido la frecuencia de sus prácticas sexuales. Países como Finlandia, Alemania o Japón, reportaban datos muy similares, y se destaca que en Japón, los encuestados entre 18 y 34 años declaraban que “nunca habían mantenido relaciones sexuales”.


En España, el último barómetro señalaba que el 64% de los jóvenes tenía, como mucho, una relación sexual a la semana. En 2017, el barómetro de la empresa Control refería que los españoles querían tener contacto íntimo cada dos o tres días, lo que daría una media de 187 relaciones al año. Sin embargo, la realidad es que no se superan las 80 y, además, el porcentaje de personas que aseguran tener sexo una vez por semana ha descendido. Recientemente se publicaba en Statista Research Department una encuesta recogida hasta junio de 2021, donde el 36% de las mujeres afirmaba que “Hay demasiado sexo”, y el 31% de los hombres estaba de acuerdo con esa afirmación.


Cabe destacar que algunos autores mencionan que la frecuencia es un indicador clave para la satisfacción sexual, pero las conceptualizaciones acerca de la satisfacción sexual han sido muy diversas. Entre las diferentes definiciones, encontramos que la satisfacción sexual es un concepto multidimensional que involucra diversos aspectos y que incluye, aspectos físicos, emocionales y relacionales. La satisfacción sexual como componente de la sexualidad humana, función básica del ser humano, está estrechamente ligada con la valoración de la salud, la calidad de vida y el bienestar físico y mental de las personas.


Por tanto, si volvemos a los estudios, donde se habla de que los jóvenes tienen una menor frecuencia de relaciones sexuales que hace 30 años, se observa, que a pesar de esta bajada de “cantidad”, la satisfacción (que sería un indicador de “calidad”) es mayor.


En 1947 la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la salud como “un estado de bienestar físico, mental y social completo y no simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia”. En 1975, dio un paso más al considerar que la salud de las personas incorpora también la salud sexual, definida como “la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser humano sexual, en formas que sean enriquecedoras y realcen la personalidad, la comunicación y el amor”. Asimismo, planteó que se requieren tres elementos básicos para la salud sexual: La posibilidad de disfrutar de una actividad sexual reproductiva en equilibrio con una ética personal y social; El ejercicio de la sexualidad sin temores, vergüenzas, culpas, mitos ni falacias; en esencia, sin factores psicológicos ni sociales que interfieran con las relaciones sexuales; y El desempeño de una actividad sexual libre de trastornos orgánicos, enfermedades o alteraciones que la entorpezcan.


Algunos factores implicados Estudios recientes refieren que el aumento del uso de juegos de ordenador y redes sociales puede estar implicado en la disminución de la actividad sexual de los adultos jóvenes (Lei& South, 2021). Dentro de la conectividad a Internet y el uso de las nuevas tecnologías, se ha agregado un nuevo medio para proporcionar experiencias sexuales (sin contacto), que podría explicar la disminución de encuentros físicos entre personas (por ejemplo, sexting, fácil acceso a medios sexualmente explícitos). Otros datos importantes, son la serie de cambios sociales y culturales que acontecen y que producen cambios sustanciales en los comportamientos sexuales de los jóvenes. En un estudio reciente se observaba que más jóvenes contemporáneos se identifican con la asexualidad (Watson, Wheldon&Puhl, 2020). Otras causas a las que nos enfrentamos, y que se relacionan directamente con la salud mental son el aumento del estrés en los jóvenes, junto a la subida de casos de ansiedad y depresión en las consultas de psicología y psiquiatría. La falta de tiempo, la emancipación tardía y el uso problemático de la pornografía. A pesar de todo ello, cabe destacar como se mencionaba anteriormente, que la calidad es un indicador que se encuentra presente en las relaciones sexuales entre jóvenes. Por lo que pueden surgir muchas preguntas en los diferentes estudios realizados. A continuación, se recogen algunos indicadores que se relacionan con la satisfacción sexual según los expertos: · La evaluación subjetiva de agrado o desagrado que una persona hace respecto de su vida sexual. Se ha observado una correlación entre la erotofilia, entendida como mantener una actitud positiva hacia lo sexual y lo erótico, y la satisfacción sexual, así como una mayor satisfacción entre los sujetos con menor culpa sexual, una autoestima más alta y una imagen corporal positiva · El grado de bienestar y plenitud experimentados por una persona en relación con su actividad sexual. · Variables afectivas y relacionales, como el amor. Se ha señalado la importancia del amor para la actividad sexual y, especialmente, para la satisfacción sexual; pero se reconoce que el escenario amoroso no es el único contexto para la actividad sexual. · Las sensaciones post relaciones sexuales. Las sensaciones y sentimientos posteriores al encuentro sexual, especialmente la alegría o el placer, son un componente importante de la satisfacción sexual. · La comunicación con la pareja. · La iniciativa para tener relaciones sexuales. · La ausencia de discrepancias con la pareja sobre el deseo de tener relaciones sexuales. · Varios estudios asocian una mayor satisfacción a mayor exclusividad sexual, si se está en una pareja estable con expectativa de duración de más de un año y si se está enamorado.

Los tiempos han cambiado, la sexualidad evoluciona, pero siempre habrán aspectos inherentes a la sexualidad humana como la comunicación, el cariño, la intimidad y el vínculo, que harán de la sexualidad una dimensión más plena en la persona. Bárbara Ruiz. Psicóloga. Grupo de Trabajo e Investigación en Sexualidad. Consulta Dr. Carlos Chiclana. REFERENCIAS Cañizo Gómez, E., & Salinas Quiroz, F. (2010). Conductas sexuales alternas y permisividad en jóvenes universitarios. Enseñanza e Investigación en Psicología, 15(2),285-309. Herbenick, D., Rosenberg, M., Golzarri-Arroyo, L. et al. (2022). Changes in Penile-Vaginal IntercourseFrequency and Sexual Repertoirefrom 2009 to 2018: FindingsfromtheNationalSurveyof Sexual Health and Behavior. Arch Sex Behav 51, 1419–1433. https://doi.org/10.1007/s10508-021-02125-2 Lei, L., & South, S. J. (2021). "Explainingthe decline in youngadult sexual activity in theUnitedStates." JournalofMarriage and Family 83.1 (2021): 280-295. Lewis R, Tanton C, Mercer CH, Mitchell KR, Palmer M, Macdowall W, Wellings K. (2017).Heterosexual practicesamongyoungpeople in Britain: evidencefromthreeNationalSurveysof Sexual Attitudes and Lifestyles. Journal of AdolescentHealth, 2017; 61 694e702 Watson, Ryan J., Christopher W. Wheldon, & Rebecca M. Puhl. (2020). "Evidenceof diverse identities in a largenationalsampleof sexual and genderminorityadolescents." JournalofRes


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