La psicóloga Raquel Salido escribe este artículo para el blog de la Consulta, con motivo del Día Mundial del Trastorno Bipolar, con el propósito de dar a conocer este trastorno, explicar en qué consiste, así como sus posibles causas y tratamientos.
El día 30 de marzo se celebra el Día Mundial del Trastorno Bipolar. El motivo por el que fue elegida esta fecha para concienciar sobre esta enfermedad mental es debido a que tal día nació el pintor Vincent van Gogh, el cual fue póstumamente diagnosticado de padecer posiblemente tal trastorno.
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que 45 millones de personas lo sufren en todo el mundo. Esta alteración ocupa el sexto puesto entre todos los trastornos médicos, constituyendo una de las enfermedades mentales más comunes, severas y persistentes. El fuerte impacto sobre la función ocupacional y social en las personas que la padecen ha llevado a calificarla como una de las enfermedades que provoca mayor discapacidad (4).
¿Qué es el trastorno bipolar?
Se caracteriza por la presencia de fluctuaciones marcadas y persistentes del estado de ánimo. Además, en mayor o menor medida, se presentan alteraciones de la emoción, del pensamiento, cambios recurrentes en los niveles de energía y en el comportamiento. Es muy común la aparición de síntomas cognitivos, como la alteración del tiempo de reacción, la disfunción ejecutiva o la afectación de la memoria visual (2).
En el trastorno bipolar, se presentan episodios de manía y depresión. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) establece los siguientes criterios para cada uno de los episodios:
Ambos episodios causan malestar significativo o deterioro en lo social, en lo laboral o en otras áreas importantes del funcionamiento. Además, no pueden ser atribuidos a los efectos de alguna sustancia u otra afección médica.
También, pueden darse episodios de hipomanía, donde la persona presenta síntomas del polo maníaco, pero de menor intensidad, no siendo los síntomas lo suficientemente graves como para causar una alteración importante del funcionamiento social o laboral, o necesitar hospitalización.
¿De qué manera se clasifica?
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su 5ª edición (DSM-5) clasifica el trastorno en bipolar tipo I y bipolar tipo II.
Para diagnosticar el trastorno bipolar tipo I, es necesario que se dé en la persona al menos un episodio maníaco. Antes o después pueden aparecer episodios de hipomanía o depresión.
Respecto al trastorno bipolar tipo II, debe darse un episodio hipomaníaco actual o pasado, así como un episodio depresivo actual o pasado (1).
¿Cuál es su causa?
La causa del trastorno bipolar ha sido ampliamente estudiada a lo largo del tiempo. Se considera que en el origen de este trastorno están factores biológicos, genéticos y sociales.
Más del 50% de los pacientes con TB tienen un familiar de primer grado con un trastorno del estado de ánimo, y un riesgo 5-10 veces mayor de desarrollar la enfermedad que la población general. Por lo que, aunque no hay conclusiones fiables, se puede establecer cierta predisposición genética.
En segundo lugar, técnicas de neuroimagen estructural y funcional del cerebro han encontrado dilatación de los ventrículos y anomalías en los lóbulos frontales y temporales en al menos una subpoblación de pacientes. Se desconoce si estas anomalías son la causa o la consecuencia del trastorno.
Por último, en las últimas dos décadas ha habido un interés creciente por los factores psicosociales. Se ha señalado que las personas con trastorno bipolar presentan un incremento de los acontecimientos vitales previos al inicio de la enfermedad. Mientras que los acontecimientos vitales negativos como fracasos o pérdidas pueden precipitar los episodios depresivos (3).
¿Cómo se trata el trastorno bipolar?
La mayoría de los pacientes diagnosticados con trastorno bipolar, con un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado pueden llevar una vida normal. Es necesario que la persona sea consciente de que tiene un problema, y pida ayuda a su entorno y a los especialistas que la rodean.
La particularidad que tiene este trastorno es que su tratamiento dependerá del episodio (depresivo o maníaco) que presente la persona.
En los episodios de manía se recomienda la disminución de las actividades y la excesiva estimulación, así como la instauración de hábitos estructurados que incluyan un patrón regular de sueño. En cuanto al tratamiento farmacológico, principalmente los fármacos antipsicóticos y los estabilizadores del estado de ánimo son los que se usan con estos pacientes. Los fármacos considerados de primera línea son el litio, el valproato y los antipsicóticos atípicos como la risperidona, olanzapina, quetiapina y el aripiprazol.
En los episodios depresivos, el objetivo principal del tratamiento farmacológico es lograr la resolución de los síntomas, así como la readquisición de los niveles previos de funcionamiento del paciente. Entre los tratamientos farmacológicos, se encuentran el litio, la lamotrigina y la quetiapina. Otras opciones no farmacológicas para la depresión bipolar son la terapia electroconvulsiva, especialmente en casos de no respuesta al tratamiento; así como estimulación cerebral profunda y estimulación del nervio vago.
Desde el abordaje psicológico, es muy importante una sólida alianza terapéutica entre el clínico y el paciente, así como educar a la persona para saber identificar los signos de recaída y los estresores particulares que pueden desencadenar un nuevo episodio.
Como sociedad, debemos trabajar sobre la estigmatización que sufren las personas que padecen un trastorno mental, en este caso un trastorno bipolar. El establecimiento de días que conmemoran dichos trastornos y la divulgación de información contribuyen a la normalización de los problemas de salud mental. El trastorno bipolar dificulta la vida de la persona, pero no la imposibilita en ninguna de sus facetas. Personajes públicos como Mel Gibson, Catherine Zeta Jones o Mariah Carey han reconocido públicamente padecer tal trastorno, y no han visto mermada su capacidad de triunfar profesionalmente.
Referencias
(1) American Psychiatric Association (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
(2) Arrieta, M., & Santos, P. M. (2019). Trastorno bipolar. Medicine - Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 12(86), 5052–5066. doi: 10.1016/j.med.2019.09.013
(3) García-Blanco AC, Sierra P, Livianos L (2014). Nosología, epidemiología y etiopatogenia del trastorno bipolar: Últimas aproximaciones. Psiquiatría Biológica; 21(3), 89-94. doi: 10.1016/j.psiq.2014.07.004
(4) Martínez O, Montalván O, Betancourt Y. (2019). Trastorno bipolar. Consideraciones clínicas y epidemiológicas Rev Med Electrón.;41(2) [cerca de 22 pantallas]. Disponible en: https://bit.ly/35wlI5l
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