Gema Chenoll, alumna de prácticas de la consulta, escribe este artículo para el blog de Neuropsicología y Salud de la Consulta, en el que describe en qué consiste el síndrome FOMO, sus causas y algunas estrategias para poder hacerle frente.
¿Tienes miedo a perderte planes y no estar al corriente como todos?
“Tía, ¿por qué todos los instagramers hacen planes super guays y nosotras no?”,
“No puedo más, no llegó a todo”
“Vaya fiesta le han montado al hijo de María Pombo por su cumple, a nosotros en la vida”.
¿Te suenan este tipo de frases? ¿Las sueles escuchar en tu día a día? ¿O las sueles decir habitualmente? El síndrome FOMO, acrónimo del inglés «fear of missing out», es el sentimiento de preocupación por perderse eventos o acciones emocionantes que están haciendo otras personas, especialmente debido al uso de las redes sociales.
Es decir, se basa en la sensación de malestar y sentimiento de tristeza, al ser consciente, a través de las redes sociales, de que otras personas están realizando actividades interesantes y uno no está incluido. Por lo que hace sentir que la vida de los demás es mucho más interesante, divertida y gratificante, que la propia vida de uno mismo.
Las principales causas
En el desarrollo del FOMO, existen distintas causas que pueden influir. Una de ellas es el mal uso que se hace de las redes sociales, pasando el mayor tiempo con ellas y dejando de realizar otras actividades del día a día.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la autoestima de cada individuo. Si uno tiene la autoestima baja va a tener más tendencia a sufrir este síndrome, ya que considera que los demás están por encima suyo, por lo que provocará la intensificación de una mala relación con las redes. También, las personas que sufren soledad. El sentimiento de exclusión siempre ha estado presente en la sociedad, pero hoy en día, ha ido en aumento. Estar siempre pendiente de las redes genera además en la persona una ansiedad social provocada por la impresión de que los demás están viviendo experiencias gratificantes y divertidas sin ella.
Síntomas presentes en este indicio
Uso constante de las redes sociales.
Problemas para relacionarse cara a cara.
Aparición de sensaciones de autosuficiencia, pertenencia y satisfacción en las redes sociales o usar las redes sociales como medio para mejorar el estado de ánimo.
Sentirse mal cuando vemos que otras personas se lo pasan bien.
Decir sí a todos los planes que nos proponen por miedo a perderse algo o sentirse excluido.
Preocuparse por fotografías o videos que se quieren publicar en las redes sociales.
Estar constantemente esperando que aparezcan nuevas notificaciones en el teléfono móvil.
Experimentar sensaciones de inseguridad, evitación e irritación ante actividades reales constantemente.
Sufrir estrés asociado con experiencias negativas con otros usuarios de las redes sociales, como pueden ser los haters o recibir acoso.
¿Quiénes son los más afectados?
Se podría decir que los jóvenes, pero en realidad no depende de variantes como la edad o el género, sino de las personas que hacen un uso inadecuado o excesivo del teléfono móvil.
Los móviles y la inmediatez de las redes sociales hacen que algunas personas sientan la necesidad de estar siempre conectados, en alerta y participando de manera activa.
Saber que nuestros amigos tienen un plan mejor que el nuestro hace que pensemos que nuestra vida es más rollo que la suya y llevado al extremo nos puede generar ansiedad, depresión u otro trastorno relacionado.
Hay que tener en cuenta que las vidas que nos muestran en las redes no son 100% reales. Los usuarios reflejan en sus publicaciones su faceta más glamurosa, como dicen muchos de ellos, “solo muestro el 10% de mi vida”.
A las personas nos gusta ser reconocidas por los grupos en los que formamos parte, es decir, nuestra familia, amigos de toda la vida, de la universidad, compañeros de trabajo, etc. Por ejemplo, veo en redes sociales unas publicaciones de personas que conozco disfrutando de unas vacaciones, esto hace que sintamos que nos estamos perdiendo algo increíble. En estos casos, se pierde el contacto con la realidad y es la imaginación la que juega un papel determinante a la hora de interpretar lo que vemos por las redes.
¿Cuándo acudir a un profesional?
Como venimos comentando, el FOMO es un problema que surge a raíz de la revolución tecnológica de este siglo y con la presencia de las redes sociales que han ido cobrando importancia en nuestras vidas.
También, hemos remarcado que el FOMO es más probable en aquellos individuos que utilizan mucho tiempo las redes sociales y además cuentan con factores predisposicionales, como puede ser la baja autoestima, la soledad, la ansiedad, etc. Por lo que el tratamiento será similar al de una adicción.
Sería bueno acudir a un profesional cuándo el síndrome empieza a afectar tu día a día de manera constante.
Tips para enfrentarnos a ello
- Prioriza en lo que consideres importante para ti. Cuando abres el móvil, te encuentras miles de notificaciones ya sea de amigos, familia, cercanos o desconocidos, considera qué es a lo que más le quieres prestar atención.
- Comparte solo aquello que consideras relevante.
- Aprende a disfrutar de cada momento.
- Pasa más tiempo libre realizando actividades que no estén relacionadas con el teléfono móvil (quedar con amigos, leer un libro, ir a dar un paseo, ir a cenar con tu pareja, estar con la familia, etc.).
- Ponte objetivos en tus redes. Si empleas cada plataforma con un fin concreto, optimizarás el tiempo que pasarás en ellas.
- Llama por teléfono de vez en cuando en lugar de mandar mensajes. También escuchar la voz de los demás ayuda a entender las sensaciones y a transmitir tus emociones.
- Sé consciente de que lo que se muestra en Instagram es un pequeño porcentaje de la vida real, por lo que no idealices ninguna vida pública.
¿Está científicamente comprobado?
Al ser un tema tan novedoso y que va creciendo de manera exponencial en la actualidad, hay muy pocos estudios científicos sobre ello. Quiero destacar dos estudios que se realizaron sobre esté síndrome del miedo a perderse acontecimientos, uno de ellos va sobre los posibles factores del FOMO y los síntomas emocionales; y el segundo, sobre el vínculo de autoconcepto y el FOMO.
El primer estudió se centró en la investigación sobre el posible papel mediador del estrés percibido asociado con las experiencias de abandono y de las reacciones negativas de otros usuarios de las redes sociales y la adicción a las redes sociales.
Los resultados muestran que FOMO predice directa e indirectamente los síntomas emocionales. Además, se asocia con una mayor sensibilidad al estrés asociado con experiencias de negligencia (falta de un comportamiento adecuado en una situación determinada) y reacciones negativas por parte de compañeros en línea y adicción a las redes sociales.
Y el segundo estudio, se centró en la teoría de la autoconstrucción, argumentamos que la construcción del yo interdependiente subyace a FOMO. Es decir, las personas con una tendencia a tener un bajo autoconcepto sobre ellos mismos, tienen más tendencia a sufrir este síndrome.
Gema Chenoll Fernández
Alumna de prácticas, grado de psicología en la Universidad Villanueva
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