top of page

El Sagrado Corazón de Jesús como fuente de salud mental

  • blog7684
  • hace 46 minutos
  • 3 Min. de lectura

El Dr. Carlos Chiclana dio una sesión sobre el Sagrado Corazón de Jesús como fuente de salud mental. Puedes ver la charla completa aquí.


La relación entre la salud mental y el Sagrado Corazón de Jesús se fundamenta en la interconexión de la psicología, como ciencia al servicio del desarrollo humano, y la dimensión espiritual de la persona.


Fundamentos Teológicos y Psicológicos de la Identidad


La psiquiatría y la psicología son disciplinas que Dios otorga para el crecimiento personal. La devoción al Corazón de Jesús no se reduce a signos externos, sino que remite a la persona completa de Jesucristo encarnado, lo cual entronca directamente con la naturaleza humana y la configuración inherente del individuo, que procede de Dios.

ree

Un pilar fundamental para una psicología sana es el conocimiento de que el amor de Dios es precedente (somos predilectos y amados de antemano). La persona no debe conseguir el amor, sino enraizarse en el hecho de que ya vive y se mueve en él. Esta conexión debe ser personal, buscando el encuentro con Dios dentro de uno mismo, y no debe ser egoísta, sino que implica amarse a sí mismo para amar a Dios y a los demás.


En psicología, se utiliza el concepto del yo polifacético (un coro con muchas voces), que refleja las múltiples maneras de ser de una persona (padre, trabajador, alumno, etc.). Jesucristo, como hombre perfecto, también poseía muchos "yoes" (Jesús niño, adolescente, predicando, etc.). La salud mental se beneficia enormemente al añadir una vertiente sobrenatural que da volumen y luminosidad a esta conexión, permitiendo una sana salud psicológica incluso en personas que padecen enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia o la depresión.


Autenticidad y Relación con Dios


El trato continuo con Jesucristo conduce a la autentificación de la propia identidad. Lejos de uniformizar al individuo, este encuentro lo hace más único, digno y auténtico, dado que cada identidad espiritual es absolutamente distinta y diversa, como las huellas dactilares o el pabellón auricular. El hombre es definido como una "libertad encarnada" (San Juan Pablo II) que se enriquece a través del encuentro con la libertad de los demás y la de Cristo.


La vida cristiana no consiste en ser un "superhéroe" o un "gimnasta de la santidad," sino en vivir con la conciencia de que el partido ya está ganado por la resurrección de Cristo. El avance se logra a través de la cultura de la aceptación más que la del esfuerzo. Esta aceptación debe incluir no solo lo adverso, sino también lo sano, lo luminoso y todo lo bueno que lleva al querer (el deseo), siendo el deber una consecuencia de este amor a Dios (un "gusto natural" según Santo Tomás de Aquino).


Cuatro Pilares de una Sana Salud Mental


Una sólida salud mental se fundamenta en cuatro líneas que se enraízan en la acción de Dios:

  1. Eres bueno: Dios afirma la bondad intrínseca del ser. El pecado es un obstáculo porque nos separa de Él y de los demás, no porque nos haga malos. El cuerpo, que es una parte esencial del yo y de la identidad ("animal racional"), es también bueno y debe ser considerado.

  2. Tienes energía: Dios nos ha creado con capacidad de transformar la vida, desarrollarnos y crear. Esta energía, cuando se alinea con la fuerza de Dios, fomenta la resiliencia y la iniciativa personal.

  3. Tienes limitaciones; custódiate: La consciencia de las limitaciones requiere autocuidado. El tropiezo no es el fin de la partida. El trato con Dios genera un sano sentido de culpa, que se manifiesta como rabia por haber perdido una oportunidad de amar a Dios, a uno mismo o a los demás, en lugar de ser una culpa neurótica o escrupulosa.

  4. Necesitas ser transformado: El ser humano existe en relación. El encuentro personal con Jesucristo transforma y desarrolla los deseos, sueños, intereses y capacidades del yo profundo.


Integración y Apego


La introspección, vista con los ojos de Dios y el filtro de la resurrección, es un ejercicio sano que ilumina y confirma que, a pesar del pecado, el ser está configurado con el espíritu de Dios.


En contraste, la búsqueda de seguridad o estima mediante el control obsesivo o el complacer a otros genera un "falso yo". La liberación de este control al buscar primero el Reino de Dios genera una gran potencia de salud mental.


Un estudio académico correlaciona el sistema de apego psicológico con la percepción de Dios. Percibir a Dios como cálido, atento y protector fomenta un apego seguro, mientras que percibirlo como inconsistente o distante puede entroncar con un apego inseguro, el cual, sin embargo, puede ser sanado por Dios. La devoción al Sagrado Corazón invita a cultivar diariamente la dignidad, la validez y la autenticidad, transcendiendo las urgencias inmediatas y atendiendo a la receptividad, la capacidad de recibir lo que se ofrece cada día.


 
 
bottom of page