¿El amor...es para siempre?
- Teresa Barrera. Psicóloga
- 8 jun 2017
- 6 Min. de lectura
Artículo publicado por Teresa Barrera para el blog 'Sexo y Salud' del periódico ABC.
Pues esta es la pregunta del millón ante la cual muchos responden negativamente.
Vivimos en un momento social en el que no estamos acostumbrados a esperar. Es la época del comercio con emociones y sensaciones. Los anuncios publicitarios nos generan expectativas a veces inalcanzables y despiertan el deseo de muchos de encontrar aquellas experiencias que llenen nuestros vacíos afectivos y den sentido a la vida.

¿Cuantos de nosotros de pequeños hemos soñado con príncipes azules y princesas con boca de fresa?¿ Son estos ideales de pareja y símbolo de felicidad? ¿Son estos los hombres y mujeres de nuestros sueños?.
Pues bien, Esta idealización del amor genera en nosotros expectativas ideales y románticas que no favorecen la duración del mismo. Entonces … ¿El amor es para siempre? Si miramos a nuestro alrededor a muchos les saldría responder que no. ¿ Y por qué no? Está claro, parece que es imposible que una relación perdure entre tanta cultura de divorcio y separación.
Quizá entonces debamos plantearnos primero ¿qué es el amor?. Una difícil pregunta a la que muchos responden que es un sentimiento. Es verdad, se producen mecanismos fisiológicos unidos a las emociones relacionados con el sistema límbico y procesados a nivel cognitivo por la corteza cerebral.
Pero si no es un sentimiento …. ¿Qué es el amor? en palabras de Ortega y Gasset, es: “El máximo ensayo que la naturaleza hace para que cada cual salga de sí mismo”, es “gravitación hacia el amado”; “amar a alguien es estar empeñado en que exista”.
En un primer momento del amor, nos damos cuenta de que el otro existe de una manera especial y distinta. La relación puede venir de una amistad que camina en el tiempo y que permite profundizar en una intimidad especial que genera la famosa “chispa” que nos permite ver la mejor cara del otro. Le admiramos, estamos ciegos a sus defectos, en definitiva estamos enamorados.
Sin embargo esto tiene tiempo limitado. Si pensamos que esto es amar, entonces ya tenemos la respuesta a la pregunta, no, el amor no es para toda la vida. Pero si hacemos caso a las palabras de Ortega y Gasset y seguimos caminando en el proceso del amor, nos damos cuenta de que para que cada cual salga de sí mismo es necesario ir más allá del sentimiento.
Precisamente el paso de esta etapa nos permite conocer a la persona en su totalidad y de esta manera podemos crecer en el amor. A medida que pasa el tiempo las emociones disminuyen pero el amor madura.
La gran prueba del amor es querer al otro como es, con sus defectos, con lo que me gusta y atrae y con lo que no. El amor nos conduce al deseo de intimidad que nos permite el conocimiento profundo del otro.
Es en ese conocimiento donde aceptamos a la persona como es, con sus fortalezas y debilidades, con su historia y sus carencias. Es en este momento donde podemos ver la grandeza del ser humano, es verdad, sí, como dice Teresa Gimenez en su cuento, “Los príncipes azules destiñen”, pero te das cuenta de que detrás de ese azul hay una gran variedad de colores que hacen a la otra persona original, única y digna de ser amada. Por ello el conocimiento íntimo de la persona nos da la oportunidad de crecer en el amor, de permitirnos “desteñir” para nosotros y para el otro. Nadie puede pedirnos o esperar de nosotros que esto no ocurra, es entonces cuando el amor peligra, cuando las expectativas sobre el amor no se ciñen a la realidad.
Es entonces cuando el amor deja de ser un cuento de hadas para convertirse en algo real, tangible a través de una persona concreta. No es sueño, no es sólo romanticismo, es amor real con personas reales. No es la posesión de una persona sino la donación, no es amarse en el otro como diría López Quintás sino amar al otro.
¿Y qué tienes que hacer para que tu amor sea para siempre?
Comprométete: Si quieres que tu amor sea para toda la vida comprométete con él, no lo pongas a prueba. El amor para siempre requiere reciprocidad, exclusividad y compromiso. De esta manera te predispones psicológicamente a que tu relación crezca, madure y venza dificultades. Si no pones voluntad en el amor es fácil que ante la ausencia de sentimiento o las dificultades, fracase. Por lo tanto, valora el grado de compromiso que tienes con tu pareja. Elige cada día entregarte al otro aceptando las renuncias que supone la elección y el compromiso con tu pareja.
Se generoso: Piensa en el otro. Busca y haz aquello que le haga feliz. Ahora bien, para poder darte necesitas conocerte y saber lo que das. Darse no es anularse por lo que también es bueno que se respeten los intereses y deseos de cada uno.
Acéptate y acepta: Las expectativas en el amor deben ser muy realistas. No puedes pedir lo que no te pueden dar por lo que aceptar al otro como es, es clave para que el amor dure. El amor no es un ideal, es una entrega de dos personas reales con fortalezas y debilidades concretas, por eso es muy importante también conocerte y conocer al otro. Esto supone también aceptar las diferencias y aprender a Perdonar. El perdónes fundamentalen el matrimonio, es la concreción de la aceptación, ahora bien, el perdón no siempre es inmediato, también hay que aprender a respetar sus tiempos y sus reglas que dependerán del grado de la ofensa.
No tengas miedo a las crisis: Las crisis son necesarias para que el amor se afiance y crezca. Tenemos miedo al sufrimiento y las crisis a veces lo traen consigo, pero toda pareja pasa por momentos de crisis que son oportunidades para cambiar, crecer y madurar en el amor. Son necesarias, cuenta con ellas, forman parte de la vida.
Responsabilízate de tu propia felicidad: No es tu pareja la que tiene la responsabilidad de hacerte feliz. No es ella la que tiene que sacarte de tu zona de confort o responsabilizarse de tu felicidad. Tu pareja no está para llenar tus vacíos afectivos, ni sanar tus carencias. Cada uno debe responsabilizarse de uno mismo y de esta manera puedes hacer entrega de quien eres a la otra persona.
Ten un proyecto de vida: No improvises en el amor. Es verdad que la improvisación también ayuda a mantener activo el amor y evita la rutina pero el proyecto de vida se necesita para conocer los pilares de la relación y para caminar juntos en una misma dirección.
Habla: La comunicación es la herramienta clave que permite expresar y concretar todo lo antes comentado. Ahora bien, no es algo que surja sin más sino que se aprende. Cada uno tenemos un lenguaje propio por el que expresamos pensamientos, deseos, afectos etc… Debes aprender el de cada uno, saber interpretarlo y crear uno común. Para esto se necesitan tiempos concretos para hablar.
Dedica tiempo a estar con tu pareja a solas para compartir aquellas inquietudes, deseos y peticiones que tengas, para crecer en la comunicación y por lo tanto en intimidad, ya que la comunicación profunda, es decir, la comunicación emocional permite generar espacios de intimidad donde cada uno sale de sí mismo como decía Ortega y Gasset.
Y por lo tanto nos volvemos a preguntar… ¿ El amor es para toda la vida? Pues sí, así es, yo creo en el amor para toda la vida, en un amor REAL con expectativas reales, un amor que se compromete, que es generoso, que acepta y se acepta, un amor valiente con un proyecto de vida.
En definitiva, un amor maduro que no espera que sea de película sino que sabe que la vida se entrega a una persona y que juntos comparten en las alegrías y en las penas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de sus vidas.
Por lo tanto alégrate, no tienes que encontrar a la pareja perfecta, puedes desteñirte y que tu pareja destiña también, lo importante no es que elijas al hombre o la mujer de tus sueños, sino que elijas al hombre o mujer de TU VIDA.

Teresa Barrera. Psicologa.
Comments