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La importancia del autocuidado

La psicóloga Laura García Borreguero, que está realizando una estancia en la Consulta, escribe este artículo sobre la importancia del autocuidado, del cuidado hacia uno mismo, así como las dimensiones que este abarca y diferentes pautas para favorecer un mejor cuidado y bienestar personal.



Estamos acostumbrados a tener una alta e intensa actividad en nuestra vida cotidiana: trabajos exigentes, numerosas relaciones sociales que requieren de nuestro tiempo, cuidar de la familia, estudiar de manera rigurosa, etc. Por lo que podemos decir que vivimos en una sociedad de ritmos frenéticos que, en ocasiones, pueden ir en contra de las verdaderas necesidades humanas como el descanso y la necesidad de horarios. Sin embargo, para evitar que esto nos desgaste y canse en exceso, es necesario que podamos cuidar de nosotros mismos. En el estado de salud de una persona influye el número de cuidados que se proporcione a sí misma, por lo tanto, el autocuidado es una tarea fundamental en nuestras vidas.


¿Qué es el autocuidado?

Etimológicamente la palabra autocuidado está formada por dos palabras “auto”, que significa propio o por uno mismo y “cuidado”, que quiere decir pensamiento o interés reflexivo que uno pone en algo. Uniendo ambos conceptos, la palabra autocuidado significa reflexión y atención por uno mismo.


Entendemos el autocuidado como un conjunto de acciones voluntarias que están orientadas a mejorar la salud y el bienestar de la persona que las realiza. Gracias a esto, podemos desarrollar la capacidad de estar más atentos a aquello que nos sucede, pensamos y sentimos con el fin de aprender a validar nuestras emociones.


Podemos entender el autocuidado como una estrategia importante para la prevención y promoción de conductas saludables, por la cual, la persona puede lograr un mayor control de sí misma y una mayor autonomía favoreciendo su propia salud.


Es necesario saber que las actividades que están relacionadas con el autocuidado tienen que ser escogidas por la persona, atendiendo a sus gustos y preferencias y, a su vez, eligiendo aquellas actividades saludables. También es importante que la persona establezca un horario determinado para realizar esas actividades, dado que es un compromiso con uno mismo para reducir el malestar y tratarnos de manera adecuada.


Dimensiones del autocuidado

Dado que el autocuidado tiene como finalidad mejorar el bienestar de la persona, habrá que atender a las diversas dimensiones de ella. Podemos destacar, al menos, cuatro dimensiones: física, psicológica, social y espiritual.


En primer lugar, la dimensión física son aquellas actividades que están destinadas al cuidado de la parte física de la persona. Para ello las áreas importantes son:

· Ejercicio físico: realizar al menos 30 minutos de ejercicio físico moderado al día o varias veces a la semana. Algunos ejemplos pueden ser salir a correr, practicar algún deporte concreto, pasear, etc.

· Alimentación: tener una alimentación saludable y variada, lo que puede conllevar dedicar más tiempo en la cocina

· Control de la salud: dedicar tiempo a acudir al médico u a otro especialista si fuera necesario

· Estimular el cerebro: designar un rato al día para estudiar, leer, hacer sudokus, etc., es decir, actividades relacionadas con la actividad cerebral

· Sueño y descanso: procurar tener un horario fijo para acostarse y levantarse, así como dormir al menos 8 horas al día. Para ello es bueno trabajar los hábitos y la higiene del sueño.


En segundo lugar, la dimensión psicológica son aquellas acciones encaminadas al cuidado de la parte psicológica de la persona. Aquellos aspectos importantes son:

· Estados emocionales predominantes: aprender a conocer cuáles son las reacciones emocionales y psicofisiológicas que se producen de manera habitual en la persona ante diferentes situaciones o estímulos

· Autovaloración: percepción adecuada sobre uno mismo, la cual está relacionada con el sistema de creencias propio de la persona

· Alabar los éxitos personales: capacidad para reconocer y elogiar los éxitos en la vida, es decir, autocompasión y reconocimiento a uno mismo

· Estrategias de afrontamiento: indagar cuáles son las acciones que utiliza la persona ante las dificultades. Por ejemplo: distracción, evitación, enfrentamiento, etc.


En tercer lugar, la dimensión social está relaciona con la esfera social de la persona. Entre ellas destaca:

· Uso del tiempo libre: periodo de tiempo disponible que permite que la persona realice actividades que no conllevan una obligación y sí un disfrute

· Actividades de ocio: actividades motivadoras, realizadas de manera voluntaria y por placer, ayudan a la distracción, divierten, etc.

· Relaciones con los diferentes ámbitos de la vida (familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.): establecer y dedicar tiempo a fomentar relaciones con diferentes personas.


Por último, la dimensión espiritual de la persona, la cual conecta con la parte más trascendental de la persona. Algunos de los aspectos son:

· Meditación y práctica espiritual: invertir tiempo en conocerse a uno mismo y al enriquecimiento espiritual

· Descubrir cuáles son los valores de uno mismo: dedicar tiempo en averiguar cuáles son los valores y aspectos más importantes para la persona


Conclusión

En resumen, el autocuidado es el conjunto de actividades que están destinadas a favorecer la salud de la persona. Los ámbitos en los que podemos realizar actividades de autocuidado son: la parte física, la parte emocional, la parte social y la parte espiritual. Cada una de estas dimensiones influyen positivamente en el bienestar de la personas.


Las actividades que se llevan a cabo son de carácter voluntario, aunque es necesario establecer un horario fijo para poder realizarlas. Las actividades escogidas para el cuidado de uno mismo no deben ser obligaciones sino actividades apetecibles para la persona, por lo que cada uno debe de escoger cuáles son las actividades que decide llevar a cabo para reducir el malestar y tratarnos con mayor delicadeza.



Referencias:

Álvarez, L. N. R. (2006). Autocuidado y capacidad de agencia de autocuidado. Avances en enfermería, 24(2), 91-98

Cancio-Bello Ayes. C, Lorenzo Ruiz, A., & Alarcó Estévez, G. (2020) Autocuidado: Una aproximación teórica al concepto. Informes Psicológicos, 20 (2), 119-138





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