Con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril, la psicóloga Ángela Echapare escribe este artículo para el blog de la Consulta, en el que reflexiona sobre el concepto de salud y la importancia de la salud mental. Además, proporciona una serie de pautas para establecer hábitos saludables en la vida diaria.
Hoy, 7 de abril, se celebra el Día Mundial de la Salud. La OMS (Organización Mundial de la Salud, 1950) define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Nos puede llamar la atención (o no) que la esfera de la salud mental esté inmersa en dicha definición. Y es que, diferentes estudios han demostrado la gran relación que existe entre ambas. Por ejemplo, enfermedades como la obesidad, el abuso de sustancias o el tabaquismo pueden conllevar enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes, lo que a su vez puede causar trastornos de conducta o trastornos del estado de ánimo, como depresión o ansiedad. Dichos trastornos pueden, a su vez, debilitar el sistema inmunitario (Gómez, 2007). Asimismo, en un estudio realizado por Ohrnberger, Fichera y Sutton (2017) se encontró que el efecto indirecto de la salud mental previa sobre la salud física está mediado por elecciones del estilo de vida e interacciones sociales.
Con el fin de abordar desde una perspectiva integradora la salud en su totalidad, se proporcionan las siguientes pautas en diferentes áreas, a tener en cuenta para llevar a cabo un estilo de vida saludable y poder prevenir de esta forma posibles enfermedades, tanto físicas como mentales.
Ejercicio físico
La realización de actividad física ha sido considerada como uno de los factores imprescindibles para llevar un estilo de vida saludable. Es recomendable la ejecución de ejercicio físico al menos tres veces por semana, unos 20 minutos con una intensidad de moderada a alta. En su práctica, podemos encontrar beneficios tanto a nivel físico como psicológico (mejora del Índice de Masa Corporal, regulación del colesterol o del azúcar en sangre, disminución del estrés o como factor protector para el desarrollo de trastornos como la ansiedad o la depresión) (Rodríguez et al., 2018). Busca un momento del día para dedicar tu tiempo a realizar alguna actividad física. Planifícate con antelación o la pereza se apoderará de ti. Da un paseo, sal a correr, practica yoga o apúntate a un gimnasio.
Buena alimentación
En los últimos años, los estudios han demostrado la importancia de realizar la frecuencia de comidas en un día en base a tus hábitos y necesidades fisiológicas, no tanto el tener que hacer 5 comidas diarias, sino que sean las necesarias adaptadas a cada persona (Kosec et al., 2019). Además, la Fundación Española de la Nutrición (2019) recomienda una alimentación consciente, donde el énfasis se pone en cómo comer. Algunos consejos que proporciona son: comer despacio y sin prisa, no comer sin hambre, poner atención a lo que se come y saborear cada comida. Asimismo, se ha estudiado la importancia del consumo de fruta y verdura como base de cada comida, combinándola con un consumo moderado de pescado, carne de pollo/pavo, huevos y un consumo más reducido de carne roja (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, 2016).
Descanso
Aunque hay estudios que han demostrado que el promedio de horas necesario para poder rendir bien durante el día es de 7 a 9 horas (Lazcano et al., 2014), debemos tener en cuenta que cada persona y cada cuerpo es único y, por tanto, necesita de diferentes tiempos de descanso según su gasto energético y ritmo de vida. No obstante, recargar pilas es esencial para poder llevar a cabo todas las metas y obstáculos que nos ofrece la vida a lo largo del día, y prevenir de esta forma un cansancio excesivo que perjudique a nuestro organismo y a nuestra vida diaria.
Consumo de alcohol y tabaco
El consumo de alcohol y tabaco es uno de los principales factores de riesgo para padecer numerosas enfermedades (cáncer de boca, garganta, pulmón o enfermedades cardiovasculares) y un problema importante a nivel mundial (Collaborators GBD 2016 Alcohol, 2018; Jafari et al., 2011). En el caso del alcohol, el riesgo de mortalidad aumenta con los niveles de consumo y sólo se minimiza la pérdida de salud con un consumo cero (Collaborators GBD 2016 Alcohol, 2018). En una sociedad donde el alcohol es el protagonista de muchas de nuestras reuniones, en muchos casos es difícil poder decir que no al alcohol. No obstante, te animamos a realizar un consumo responsable, no es necesario beber una botella entera de vino o ingerir alcohol destilado para poder socializar. Con una copa de vino o una cerveza (si es sin alcohol mejor) será suficiente.
Autocuidado
Dedicar momentos en el día a mimarnos y a escucharnos también puede ser un factor protector para las enfermedades. Dar un paseo, leer, el contacto con la naturaleza o poder realizar cualquier actividad que resulte placentera mejorará nuestro estado de ánimo previniendo la debilitación del sistema inmunológico (Camacho y Vega-Michel, 2014).
La salud es una de las áreas más importantes en nuestra esfera vital. Mantenernos sanos es primordial para poder dedicar nuestra energía a otras áreas vitales como el trabajo, la familia o los amigos. Cuidarla es importante, y depende en gran medida de nuestros hábitos y nuestro estilo de vida para protegerla.
Ángela Echapare
Psicóloga
Referencias
Camacho, E., y Vega-Michel, C. (2014). Autocuidado de la salud (ITESCO (ed.)).
Collaborators GBD 2016 Alcohol. (2018). Alcohol use and burden for 195 countries and territories, 1990-2016: A systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016. The Lancet, 392(10152), 1015–1035. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)31310-2
Fundación Española de la Nutrición. (2019). Alimentación consciente. https://www.fen.org.es/blog/alimentacion-consciente/
Gómez, A.-E. (2007). Salud física y salud mental. Un binomio indisoluble. Farmacia Profesional, 21(7), 53–56.
Jafari, F., Haji, A., & Alizadeh, K. (2011). Reviewing the prevalence of (cigarette) smoking and its related factors in students of tehran university, iran. Addiction & Health, 3(3–4), 105–110. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24494124%0Ahttp://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=PMC3905533
Kosec, T., Kuhar, V., Kranjc, A., Malnarič, V., Belingar, B., & Legat, A. (2019). The influence of meal frequency and timing on health in humans: The role of fasting. Sensors (Switzerland), 19(8). https://doi.org/10.3390/s19081956
Lazcano, H., Vieto, Y., Moran, J., Donadio, F., & Carbono, A. (2014). Características del sueño y su calidad en estudiantes de medicina de la universidad de Panama. Revista Medico Cientifica, 27(1), 3–11.
Ohrnberger, J., Fichera, E., & Sutton, M. (2017). The relationship between physical and mental health: A mediation analysis. Social Science and Medicine, 195(November), 42–49. https://doi.org/10.1016/j.socscimed.2017.11.008
Organización Mundial de la Salud. (1950). Constitución de la Organización Mundial de la Salud. Medicina, 30(617), 175–178.
Rodriguez, F. A., Valencia, S. C., Gaitán, E. M., González, S. A., & León, J. D. (2018). Hábitos saludables, motivos y barreras en la realización de actividad física en estudiantes universitarios. Cuerpo, Cultura y Movimiento, 17, 81–102. https://doi.org/10.15332/s2248-4418.2017.0001.05
Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. (2016). Guías alimentarias para la población española. La nueva pirámide de la alimentación saludable elaborada por el Grupo Colaborativo de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Nutrición Hospitalaria, 33(8), 1–48.
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