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Carlos Chiclana

Modern love: optimismo realista para amadores contemporáneos


Artículo publicado por el doctor Carlos Chiclana para la revista FilaSiete.

El New York Times publica desde hace años una columna titulada “Modern Love”, donde los lectores

pueden contar de forma resumida historias verdaderas en las que se reflejen relaciones de amor. John Carney (Once, Begin Again, Sing Street) y su colega desde hace veinte años, Tom Hall, son los creadores de esta serie de ocho capítulos de Amazon Studios que coproduce Storied Media Group. En la dirección acompañan a Carney y Hallson las actrices Emmy Rossum y Sharon Horgan. Esta antología de ocho historias independientes tiene un denominador común: el amor entre personas. La fotografía de Yaron Orbach y la música de Gary Clark dan cohesión formal a historias que se desarrollan siempre en Nueva York.

Aunque aparentemente sean historias no relacionadas directamente entre sí, tienen un hilo conductor compuesto de amor, humor, sinceridad, reciprocidad e interés por vencer las dificultades que todos tenemos en la vida y en las relaciones humanas. Se recomienda ver los capítulos en orden y llegar al último para disfrutar de estos matices.

Modern Love ha recibido duras críticas de medios como Vanity Fair o Variety porque, dicen, es una serie romántica, melosa y nada moderna. En absoluto estoy de acuerdo con ellos. No sé qué tiene de meloso afrontar una maternidad no buscada, superar la muerte de tu padre, luchar por tu relación matrimonial o adoptar un hijo. Que te cuenten las historias de un modo agradable, no significa que eviten el sufrimiento. Que pongan de relieve la potencia que tiene el ser humano para seguir creciendo y no darse por vencido, es algo que vale la pena disfrutar. El fondo humano personal que subyace en los protagonistas es algo que el mundo moderno ansía y que el amor moderno necesita recuperar.

En cada capítulo de Modern Love hay muchos problemas, muy hondos, con largas historias detrás, abundantes heridas y variantes psicopatológicas de alto voltaje. Sin embargo, nada de esto es lo que guía su día a día, porque resulta que los personajes cogen su vida con las dos manos y se permiten potenciar su libertad mediante el método de amar, ser amados y no huir de la realidad.

No son historias fáciles, suponen un reto para el espectador, quien verá más o menos según la mochila con la que visualice cada capítulo. Sin duda es muy agradable de ver por la puesta en escena, la música, la agilidad del guion, las interpretaciones, el vestuario, el dinamismo y la síntesis de cada capítulo en 30 minutos. Si te parece melosa es que no has captado el viaje heroico que realiza cada personaje, que has perdido la sensibilidad, que te has convertido en un cínico o que no tienes ninguna herida de vida.

El director nos propone un optimismo realista que no evita el dolor ni el sufrimiento y sugiere que le des otra oportunidad a la vida y afrontes las dificultades, como ya nos plantea la canción de cabecera Setting Sail, con música de Gary Clark y letra de John Carney: “We face the music together and throw our hats in the ring, facing all kinds of weather and not afraid of anything”. Los amadores del siglo XXI están expuestos a dos epidemias mortíferas: no saber mantener la intimidad afectiva y perder la capacidad para la amistad. En la serie queda claro que la mejor medicina para sanar a una persona es otra persona y que, aunque hay distintos tipos de amores, hay uno que es necesario para todos ellos, el de la amistad, que permite aceptar sin condiciones, dar la vida porque sí y expresar la dimensión sexual sin relaciones genitales. Intimidad y amistad para sanar las heridas personales.

El reparto es más que solvente con Anne Hathaway, Andrew Scott, Tina Fey, John Slattery, Cristin Millioti, Andy García, Jane Alexander o Dev Patel, vestidos para la ocasión por Lucy Corrigan (Beautiful Girls), quien facilita una rápida comprensión de los personajes. Te gustará Modern Love si te gustaron This is Us o las películas de Carney. Te interesará, si te interesan las relaciones humanas, la amistad, la lealtad, el perdón, la confianza, la intimidad, la libertad afectiva y el compromiso. Te apetecerá verla hasta el final si eres una persona normal que sabes lo difícil que es la vida, el coste de una sonrisa y que el acto más potente de la voluntad es la aceptación.

Ya se rueda la segunda temporada, que siguiendo la estrategia de las productoras y las plataformas tendrá pocos capítulos. La decisión de contar cada historia en 30 minutos es arriesgada: normalmente se empleaban 45 minutos para desplegar este tipo de tratamiento y presentar a los personajes, el conflicto y la trama. Carney acierta con un relato minimalista que agradecerán los que están un poco cansados del convencionalismo de los procedimentales que apelan a la serialidad convencional, con un pacto de lectura más evidente y cómodo para el espectador. Modern Love renuncia a las estrategias de metraje de TV Movie (60 minutos) de productos hasta cierto punto similares, con una premisa argumental compartida, como la fallida Los Romanov, de Matthew Reiner.

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